Puritani

"¡ Eh, vosotras! ¿entendéis?"

Un frecuentado Sábado me arrastro

circunspecto y bohemio y, por supuesto,

mal acompañado, sentimientos aparte... ,

buscando cambiar la realidad, crear arte,

pero para eso hace falta suerte.

Ella me contó que trabajaba en una tienda de regalos

y yo le expliqué mi teoría contra las tiendas de souvenirs,

donde se agolpan piezas de museo kitsch

disfrazadas de vanguardía y tradición popular.

Le dije que yo siempre sabía lo que quería regalar

o, al menos, lo que a mí me apetecía:

un queso artesano de tronchón o patamulo,

un cartel viejo y restaurado que emule un época,

un holograma de alquimistas locos, un poema...

Después, para acabar de asustarme, me preguntó

qué opinaba de los gitanos, pero se contestó ella misma

afirmando que eran todos unos delincuentes.

E -¿inexplicablemente?- aguanté la conversación,

escuché cómo decía que era guapo

y, como un Bloody Mary con exceso de tomate,

se proclamó solemnemente anarquista y anticlerical.

Ella patinaba por mis nervios con su aire de ninfa

y le espeté mi discrepancia hasta de sus susurros,

pero también le dije que quería follarla;

y la Pelos racista del Arrabal bajo me contestó

que tampoco estaba de acuerdo conmigo en nada,

repito, en nada.

- Puritani -

Perteneciente al libro : "Jamás un trago fué tan ignorado"

P.D.: Mi humilde homenaje a ese gran poeta y aún así amigo.