miércoles, 31 de diciembre de 2008

2008

¡Que te den!
Siempre te recordaré como un año anódino, sín sustancia y completamente intrascendente.
Tuvíste tu momento, allá por la primavera, un breve intento de año prometedor, pero te quedaste en agua de borrajas. Un quiero pero no puedo, un "Don sín dín", un simple calentón.
Por eso mismo y no por otras cosas, paso de tí. Olvídame igual que yo haré contigo. No me tengas ni siquiera como un mal recuerdo, no merezco la pena.
Esperemos que tu hermano mayor venga con más energías y ganas de mejorar la vida de los que todavía mantenemos la esperanza, o por lo menos nos pague la hipoteca.
Besos a todos y todas ustedes por aguantarme un año más.
Seguro que dentro de un año mando a la mierda el 2009.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Breve inciso

El otro día, una de las personas que más respeto, me hizo una pequeña crítica (construtiva, por supuesto) sobre mi manera de escribir. No se refirió al estilo (por lo visto le agrada), se refería mas bien a la forma que tengo de cometer, solapadamente, faltas de ortografía.
Yo, que siempre he llevado muy mal el tema de las críticas, más aún cuando vienen de un amigo, pido perdón y procuraré no pegar tantas coces al diccionário de la "R.A.E.".
De todas maneras y a modo de defensa (indefendible) diré que jamás he usado un editor de texto para escribir este blog (y no pienso hacerlo), que nunca miro dos veces lo que escribo antes de publicarlo y que hasta ahora (y espero que por muchos años) he tecleado siempre lo primero que me pasa por la cabeza a fín de que ustedes lo lean con la misma frescura que surge, sin emponzoñamientos lingüísticos.
Repito, no es excusa.
De todas maneras que esperan, de una mente revuelta sólo puede salir esto, lo demás se lo dejo a Perez Reverte.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Te admiro

Me lo he pensado mucho antes de ponerme a escribir esta entrada. Es una anéctoda que pertenece al ámbito personal de uno de mís mejores amigos y además tiene un transfondo triste (aunque a mí me siga pareciendo divertida). Estoy complétamente seguro de que no voy a hacer honor a lo que realmente pasó pero desde el cariño y admiración lo intentaremos.
Así que después de pedir (y darme) el pertinente permiso paso a relatarles un pedacito de la vida de uno de los primos.
Tras una discusión, etílicamente aliñada (todos los detalles cuentan) con la que era su novia desde hace años, "P" (llamaremos así al susodicho) decidió seguir por su cuenta y riesgo, y a "solateras" lo que parecía una buena noche de juerga. Para ahorrar detalles escabrosos digamos que terminó en una cama que no era la suya ni la de la anteriormente mencionada.
Tras darse cuenta del error que había cometido "P" trató de recuperar lo que en un "plis-plas" habia perdido y en lo que se suponía iba a ser una cena de reconciliación a "P" (cargado por la culpa del que se sabe traidor) se le ocurrió la brillante idea de confesar su pecado con la intención de hacer borrón y cuenta nueva. Ni qué decir tiene que la "contraría" no opinó lo mismo.
Al pasar un par de días "P" decidió comprobar cómo estaba la situación mediante un "sms" a lo que ella contestó (y ahora viene lo gracioso) con un mensaje en el buzón de voz (espero escribirlo tal y como fué) que decía (con voz pausada y completamente tranquila) :

"Hola "P", tu mensaje me parece una mierda. Eres una puta rata. Necesitas una psicóloga. Prueba con esta zorra que además es camarera. Te deseo lo peor en esta vida."

A lo que "P" sólo pudo contestar:

"Ahora te admiro"

No sé a ustedes, pero a mí (estirpando lo triste del contexto, claro) me parece la anécdota del año.

Y es que el amor, para los que todavía crean en él, es caprichoso hasta con los mensajes de voz.