sábado, 6 de diciembre de 2008

Te admiro

Me lo he pensado mucho antes de ponerme a escribir esta entrada. Es una anéctoda que pertenece al ámbito personal de uno de mís mejores amigos y además tiene un transfondo triste (aunque a mí me siga pareciendo divertida). Estoy complétamente seguro de que no voy a hacer honor a lo que realmente pasó pero desde el cariño y admiración lo intentaremos.
Así que después de pedir (y darme) el pertinente permiso paso a relatarles un pedacito de la vida de uno de los primos.
Tras una discusión, etílicamente aliñada (todos los detalles cuentan) con la que era su novia desde hace años, "P" (llamaremos así al susodicho) decidió seguir por su cuenta y riesgo, y a "solateras" lo que parecía una buena noche de juerga. Para ahorrar detalles escabrosos digamos que terminó en una cama que no era la suya ni la de la anteriormente mencionada.
Tras darse cuenta del error que había cometido "P" trató de recuperar lo que en un "plis-plas" habia perdido y en lo que se suponía iba a ser una cena de reconciliación a "P" (cargado por la culpa del que se sabe traidor) se le ocurrió la brillante idea de confesar su pecado con la intención de hacer borrón y cuenta nueva. Ni qué decir tiene que la "contraría" no opinó lo mismo.
Al pasar un par de días "P" decidió comprobar cómo estaba la situación mediante un "sms" a lo que ella contestó (y ahora viene lo gracioso) con un mensaje en el buzón de voz (espero escribirlo tal y como fué) que decía (con voz pausada y completamente tranquila) :

"Hola "P", tu mensaje me parece una mierda. Eres una puta rata. Necesitas una psicóloga. Prueba con esta zorra que además es camarera. Te deseo lo peor en esta vida."

A lo que "P" sólo pudo contestar:

"Ahora te admiro"

No sé a ustedes, pero a mí (estirpando lo triste del contexto, claro) me parece la anécdota del año.

Y es que el amor, para los que todavía crean en él, es caprichoso hasta con los mensajes de voz.

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